Discriminación sexual en el sector de la publicidad

 Estudio de Marta Martín Llaguno, profesora titular del Departamento de Comunicación y
Psicología Social de la Universidad de Alicante. Una mirada al mundo de la publicidad desde la perspectiva de género y desde luego un debate (a mi entender) interesante sobre nuestro sector.

Este estudio trataba de caracterizar los fenómenos de techo de cristal y de suelo pegajoso en el sector de la publicidad. Concretamente en la parte que corresponde a las grandes agencias de publicidad (Madrid y Barcelona, principalmente). La mayoría de las agencias de la muestra tenían más de 100 empleados. Queda claro que no estamos hablando de nuestro tejido empresarial orientado a la PYME, pero es posible que se manejen situaciones parecidas.

Según las conclusiones del estudio la probabilidad de que un hombre ocupe un puesto directivo es doce veces más que la de una mujer y la probabilidad de que una mujer sea empleada es casi el doble que la de un hombre (el estudo establecía tres categorías: empleado, puesto intermedio y directivo). Hasta ahí nada nuevo. Es un fenómeno que se da habitualmente en todo tipo de empresas y que se puede jusificar parcialmente por razones históricas, diferencias de niveles de formación por género en determinadas franjas de edad que ocupan puestos directivos y otras cuantas historias. Sin embargo, este estudio lo deja claro:

• En grupos de similar edad, la probabilidad de un hombre de ser directivo es mayor (seis y veinticinco veces mayor para los grupos de edad entre 30 y 40 y mayores de 40, respectivamente).
• Para grupos de trabajadores con años de trabajo similares, también parece haber un sesgo, puesto que las mujeres tienen más dificultad que los hombres para acceder a los cargos superiores (si llevas menos de cinco años en el sector, la probabilidad de ser directivo, es tres veces mayor si eres hombre que si eres mujer; si llevas entre cinco y veinte, la probabilidad de ascender a la
  dirección si eres hombre es en torno al doble; si llevas más de veinticinco años, las posibilidades de llegar a la dirección si eres varón son de un 70% más). En el sentido inverso, el del suelo pegajoso, se dan también las diferencias (si llevas trabajando menos de cinco años, la posibilidad de permanecer como empleado es casi el doble si eres mujer que si eres hombres, y casi el triple si llevas trabajando entre 10 y 15).
• El mismo análisis teniendo en cuenta el número de empresas en las que ha trabajado el profesional arroja resultados curiosos. Mientras para los hombres la rotación parece ser un mecanismo de ascenso para las mujeres no (entre aquellos empleados que no han cambiado o han cambiado una sola vez de empresa, la probabilidad de ser directivos es tres veces mayor para
  los hombres que para las mujeres).

Al final, haciendo los ajustes pertienentes por los demás factores con influencia sobre la probabilidad de ser directivo (la edad, la formación, la titulación, la estructura familiar y la dedicación laboral), la conclusión es que la probabilidad de ser directivo para un hombre es once veces superior que para una mujer. Se da, por lo tanto, un efecto de techo de cristal. Las pruebas no permiten corroborar el efecto de suelo pegajoso, ya que otras variables ditintas del sexo tienen más peso en la permanencia en puestos de empleado.

El porcentaje de mujeres que ocupan cargos directivos en las empresas españolas de comunicación es menor que en otros países como Estados Unidos o Reino Unido. Pero, además, el porcentaje de mujeres que ocupan puestos de dirección en las empresas españolas de publicidad es también menor que el que ocupan en otras industrias culturales nacionales. Todo ello a pesar de la feminización del sector (60% del personal y más del 70% del alumnado universitario de publicidad).

Aproximadamente un 30% de la muestra declararon ser padres/madres. La publicidad es una profesión con una enorme exigencia porfesional en le etapa de edad más apropiada para tener descendencia. En ese sentido y relacionado con la infrarepresentacion de la mujer en cargos directivos, algunos trabajos relacionados con el la discriminación en función de sexo en las industrias de la comunicación en Estados Unidos. han puesto de manifiesto que la existencia de una mujer en la dirección conlleva inmediatamente un mayor equilibrio de sexos, pero también un cambio en las “culturas corporativas y familiares” de las empresas como el aumento de la productividad, de la tasa de maternidad y de políticas de conciliación.

Por último, el estudio no llega a entrar a discernir las causas (individuales, organizacionales o socioculturales) y las consecuencias (en los individuos, empresas y mensajes) de esta discriminación
laboral en función de sexo.