LA RANA MARI JUANA

29.04.2011 15:17

En el noroeste de una ciudad no tan lejana, se situaba un enorme y hermoso parque llamado “García Sanabria”.Tenía el parque una gran cantidad de árboles, césped, flores y varios senderos de tierra que conducían todos a un mismo lugar: el estanque.

Era ese estanque, el lugar preferido por todos los niños; grandes y pequeños se  reunían allí todas las tardes para lanzar piedritas al agua y ver como se formaban en ella círculos concéntricos sin fin. También jugaban a remover el agua con alguna rama de las que se hallaban  tiradas por los senderos; les encantaba ver como se enturbiaba el agua al mezclarse con la tierra que había en el fondo, pero lo más que les gustaba era ver a las ranas y los peces que allí habitaban.Precisamente la historia que les quiero contar es de una de las ranas que vivían en el estanque: la rana Mari Juana.

El frío invierno estaba por acabar y el sol ya comenzaba a recorrer con más ánimo el ancho cielo azul. En el estanque había mucha expectación y alegría porque la rana Mari Juana acababa de cumplir su más anhelado sueño: el de ser madre. 

Sí,  Andrés ya había nacido y ahora se encontraba entre sus brazos, o mejor dicho, entre sus ancas. Y era Andrés, a los ojos de Mari Juana, el más preciosos hijito del mundo.Día a día, madre e hijo jugaban, comían, charlaban se divertían y dormían juntos. Eran inseparables.Pero el tiempo pasó y Andrés se hizo mayorcito, y comenzó a darse cuenta de algunas cosas, como, por ejemplo, que él no tenía ancas de rana como su madre y que su piel estaba cubierta de diminutas escamas, que la piel suave de su mamá no tenía.

Así que, un buen día, Andrés le preguntó a su mamá la rana Mari Juana, que por qué él era tan diferente y no se parecía en nada a ella.La rana Mari Juana vio que su hijo ya estaba preparado  para escuchar algo importante que ella debía  contarle.

´”Verás” -le dijo la mama-  “algunas madres  tienen a sus hijos de sus barriguitas, pero otras, como yo, no podemos tenerlos. Por esa razón, hace algún tiempo tomé la decisión de adoptarte  para que fueras mi hijo querido y  sin duda  esa ha sido la decisión más acertada que he tomado  en mi vida. Por esa razón no nos parecemos, pero el parecido físico no es tan importante, lo que en verdad importa son los lazos de unión que hay entre nosotros. Esos lazos de amor incondicional que existen entre madre e hijo.”

El pez Andrés (que esto es lo que él era), entendió lo que su mamá   le explicó y comprendió que más importante que su aspecto  era la relación que había entre él y su mamá. Eran madre e hijo y eso nada ni nadie lo podían cambiar.

Después de esta agradable y reveladora charla, la rana Mari Juana y el pez Andrés, más unidos que nunca, nadaron hacia la superficie para estar con los niños que ya habían llegado a jugar  en el estanque como cada tarde.

A propósito, si eres tú uno de esos afortunados  niños que juega en el estanque del García Sanabria y ves a una rana enorme, y muy cerca de ella a un pez diminuto ya puedes saludarlos por su nombre: son la rana Mari Juana y su hijo, el pez  Andrés.

 

 

·       VALOR EDUCATIVO:

Con este cuento de la rana Mari Juana lo que se pretende es que los niños entiendan lo que es la adopción y que no la vean como algo extraño sino como algo que se encuentra muy comúnmente hoy día.La diferencia entre un niño adoptado y otro que no lo es se encuentra en que no ha estado en la barriga de su madre pero son los dos igualmente queridos.De la adopción no se debe hacer un problema sino todo lo contrario, hay que verlo como algo bueno porque son personas que acogen a otras que no tienen familia para darle una.Lo que queremos conseguir es una igualdad entre todos los niños y evitar así la discriminación por diversas causas y en este caso sería por ser adoptado.

 

·       IDEA PRINCIPAL:

Todos somos iguales vengamos de donde vengamos, sin discriminaciones ni desigualdades.

 ·       PERSONAJES:

    -La rana Mari Juana

     -El pez Andrés.

     -Los niños.

 

·       AMBIENTACIÓN:

  Se sitúa en un enorme y hermoso parque llamado “García Sanabria”. Tenía el parque una gran cantidad de árboles, césped, flores y varios senderos de tierra que conducían todos a un mismo lugar: el estanque.El cuento se centra sobre todo en el estanque que es donde se desarrolla toda la historia de la rana Mari Juana y su hijo, el pez Andrés.Era un parque en el cual iban a jugar niños y adultos ya que había llegado el buen tiempo. Parece ser un ambiente tranquilo.

 

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